La mediación puede celebrarse en distintas etapas de un caso de abuso o negligencia de un menor. Depende del tribunal y del caso.
En muchos tribunales, la mediación se celebra antes de la Audiencia de determinación judicial (esta es la audiencia en la que el juez decide si se ha producido realmente un acto de abuso o negligencia). Uno de los propósitos de la mediación en este momento del caso es hablar acerca de por qué se ha sacado al menor del hogar. El otro propósito es desarrollar un plan de tratamiento para el menor y los padres que les ayude a reunificar a su familia o hacer lo que sea mejor para el menor. Ese plan de tratamiento se le presenta al juez.
La mediación también puede celebrarse antes de la Audiencia para determinar permanencia (esta es la audiencia en la que el juez decide si el menor va a regresar al hogar). Esta sesión de mediación se enfoca en lo que es mejor para el menor, tanto si el objetivo de permanencia recomendado al juez sea que el menor regrese al hogar o que se cambie el plan a otro tipo de acuerdo de permanencia.
La mediación puede celebrarse también cuando el juez haya decido que los menores no deben regresar al hogar y existe un nuevo plan para su adopción. Un caso se puede enviar a una mediación en casos de adopción abierta solamente si los padres biológicos y los posibles padres adoptivos están interesados en hablar de la posibilidad de una adopción abierta. En ese caso, el mediador se reúne con ambas familias para tratar los posibles términos del contacto después de la adopción. Si las partes tuvieran abogados, éstos ayudarán a sus clientes durante el proceso de mediación y revisarán cualquier borrador del acuerdo. Un acuerdo final, una vez aceptado por el tribunal, formará parte de la sentencia de adopción.
En la mayoría de los tribunales, la mediación puede celebrarse antes de que el caso proceda al tribunal. En ese momento, el propósito es elaborar un plan que mantenga a los niños seguros y evite que se les tenga que sacar del hogar.